No te compares: por qué cada cuerpo entrena distinto (y eso está bien)

No te compares: por qué cada cuerpo entrena distinto (y eso está bien)

En un mundo donde las redes sociales nos muestran cuerpos, rutinas y “resultados” en una secuencia infinita, es fácil caer en la trampa de compararnos.
Vemos a alguien levantar más peso, correr más rápido o marcar abdominales en menos tiempo, y pensamos: “¿Por qué yo no puedo así?”.
Pero aquí está la verdad que rara vez se dice: cada cuerpo es un universo distinto. Y eso, lejos de ser una debilidad, es lo que nos hace únicos.

Lo que no ves en una foto

Una imagen no cuenta toda la historia. No te dice cuánto tiempo lleva esa persona entrenando, qué alimentación sigue, cómo duerme, ni qué carga emocional carga.
Tampoco muestra factores que influyen profundamente en el rendimiento: genética, historial de lesiones, niveles hormonales, estado de ánimo, entorno…
Compararte con otra persona sin conocer todo eso es como juzgar un libro por su portada.

Tu cuerpo, tu ritmo

El progreso no es una línea recta ni un molde universal. Tal vez tu avance se note en la fuerza, en la resistencia, en la postura, en tu energía diaria… aunque no sea “instagrameable”.
Y eso vale tanto como cualquier transformación física.

  • Hay quienes responden más rápido al entrenamiento de fuerza.

  • Otros ganan resistencia de forma natural.

  • Algunos necesitan más tiempo para recuperarse.

Tu proceso es legítimo, incluso si se ve diferente al de los demás.

Cómo dejar de caer en la comparación

  1. Observa tu propio antes y después: compárate solo contigo, con tu versión de ayer.

  2. Define tu éxito: tal vez para ti sea hacer 10 flexiones sin parar o levantarte con más energía.

  3. Reduce la exposición a contenido que te presiona: tu salud mental también es parte del entrenamiento.

  4. Celebra tus pequeñas victorias: cada paso cuenta, aunque sea invisible para otros.

El recordatorio que necesitas

No hay un “cuerpo ideal” para entrenar. Hay tu cuerpo, aprendiendo y adaptándose a su manera.
Y cuando dejas de mirar a los lados para medir tu valor, descubres que tu camino es más ligero, más tuyo y mucho más disfrutable.

No se trata de llegar “más rápido” que otros.
Se trata de llegar a donde tú quieres, a tu tiempo, a tu manera.

Firmado,
KIRA


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